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Este no es el blog oficial de la Hermandad del Señor Orando en el Huerto, Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de Palma y Esperanza.

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domingo, 24 de septiembre de 2017

LA GRACIA DE SIERRA MORENA, MORENITA Y PEQUEÑITA LO MISMO QUE UNA ACEITUNA, SE DERRAMÓ A CHORROS POR LA CIUDAD DE LOS DOS RÍOS.

Sucedió el sábado, 23 de septiembre de 2017, este día quedará grabado en los anales de la historia de las hermandades y cofradías de Palma del Río, que como sabéis, hunden sus raíces en el siglo XIV cuando se erige la cofradía de “Santa María” fundada, según Nieto Cumplido, entre 1383-1384 siendo de gran importancia ya que se conservan sus estatutos en la actualidad y, en opinión de nuestro paisano, “es una regla de primer orden y la más antigua para el estudio de las cofradías de la diócesis de Córdoba en sus orígenes”.

De la cofradía más antigua, a la más moderna, una nueva hermandad con olor a serranía andaluza, a jara de la sierra, con sabor a aceituna bendita que desde el sábado 23 de septiembre de 2017, ha cautivado al pueblo de Palma del Río que asistió a su primera salida procesional.
¿Morenita y Pequeñita? Morenita sí, pequeñita no, grande, muy grande es lo que vimos en la primera salida procesional de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza de Palma del Río.
 
En un paso muy proporcionado, donde se nota la mano experta de “Los Valverde” de Córdoba, de José Carlos, continuador de la dinastía, que en el diseño del paso, ha tenido siempre “in mente”, la imagen que iba a portar tanto en el aspecto formal (las dimensiones) como en el  espiritual dándole todo el protagonismo a la Virgen “Morena de Luz de Luna”.

Por cierto,  vimos en varias calles a José Carlos Rubio Valverde que estuvo en Palma para contemplar su obra en la calle.

Disfrutamos y nos emocionamos con el andar rítmico, pausado, solemne, sin estridencias, que en todo el recorrido, supieron imprimirle sus costaleros al paso de la Morenita, guiados por un equipo de capataces capacitados y capaces que tienen muy bien aprendida la lección de cómo tiene que andar un paso de Virgen sin palio, porque señoras y señores; el paso de la Virgen de la Cabeza anda y come calle, se mueve sin alharacas, sin carreritas fuera de tono, sin costeritos propios de pasos de misterio, sin tirones… esa gente buena que va debajo, anda como hay que andar, con el izquierdo por delante, siempre de frente, con suavidad, elegancia y marcando al izquierdo; así de fácil y así de difícil porque pocas cuadrillas lo hacen con el mimo, la delicadeza, la distinción, la finura, la exquisitez, el gusto, la clase, el cariño, la ternura, el esmero y el cuidado que ha puesto la gente que va debajo de la Morenita Palmeña en esta primera salida procesional.

En lo referente al acompañamiento musical, no vamos a descubrir aquí el buen hacer de la Banda de Música de la Cruz Roja de Sevilla, su historia y trayectoria la avalan como una de las bandas de música fundamentales de la música procesional de todos los tiempos.

Sí vamos a destacar el repertorio que ofrecieron en la primera salida procesional de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza de Palma del Río, un repertorio clásico pero no aburrido, con marchas muy bien interpretadas a tiempo y “tempo”.

Impresionante la interpretación, que no ejecución, de la última marcha: “Tras tu verde manto” del compositor cordobés Rafael Wals Dantas compuesta en el año 2006 para esa otra imagen morena y gitana que nos quita el “sentio” cada Domingo de Ramos cuando la vemos bajar por la Cuesta del Bailío o por su barrio de Santa Marina, piconero y gitano, o cuando entra en su casa de San Andrés. ¡Señores! ¡Vaya giro de la Morenita Palmeña en la puerta de la parroquia de La Asunción a los sones de la Cruz Roja con una marcha cordobesa llena de Gracia y Esperanza!
El itinerario elegido por la hermandad no pudo ser más bonito, el discurrir por las murallas almohades del siglo XII, cayendo la tarde, fue estéticamente sublime con un sinfín de contraluces que recortaban la figura de la Morenita y Pequeñita contra un cielo azul que le servía de singular palio. La hermandad ha tenido el acierto de huir de las grandes plazas y avenidas donde se hubiera “perdido” el paso de La Morenita por su reducido tamaño; la estética que imprime el discurrir de la Hermandad por calles como Cardenal Portocarrero, Corpus Christi, Muñoz, San Sebastián, Sánchez, Méndez, Gracia… fue todo un acierto que realzó aún más, si cabe, el paso de la Morenita.
 
El exorno floral, donde predominaban los nardos, ofrenda fungible y sensorial a la Morenita, era el suyo y además el justo, ni sobraba ni hacía falta una vara, ya saben mis lectores lo que dice la canción sobre los nardos “… son los primeros para convencer” y convencieron por su simbólico color, por su inconfundible aroma, en definitiva; son insustituibles en un paso de Gloria, sobre todo por el intenso olor que dejaban al paso de la Morenita en las estrechas calles palmeñas, fue un acierto más de la Hermandad.

El incienso, otra ofrenda simbólica y fungible que estuvo presente en la procesión de Gloria; el cuerpo de turiferarios, siempre delante del paso y sin darse paseítos de arriba abajo, estuvo a la altura de las circunstancias a pesar de su juventud, el aroma que salía de sus turíbulos, perfumó la calurosa noche otoñal palmeña y durante todo el recorrido. 

Muy atento también el pertiguero y el cuerpo de ceriferarios revestidos con dalmáticas que portaban ciriales con sabor a Domingo de Ramos cordobés, a compás de San Francisco, a antiguo convento de San Pedro el Real, a olivo recién cortado y a Ángel confortador que voló un martes, 18 de enero de 2005, desde Córdoba a Palma del Río para aliviar las dudas del Señor Orando en el Huerto que se pasea el Martes Santo por la calles de Palma del Río.

La cera, que es símbolo de la fe, también estuvo presente en la salida procesional. Abriendo el cortejo, los hermanos de luz de la Virgen de la Cabeza portaban un cirio blanco que marcaba y alumbraba el camino de La Morenita. Cera también en los arbóreos del paso huyendo de “modas” que nada aportan a la estética de un paso de Virgen. Thomas Alva Edison no inventó la bombilla para iluminar los pasos, la cera es un símbolo, una ofrenda y un componente artístico más dentro del conjunto de elementos que conforman la estética de un paso de Virgen. Hay que felicitar a la Hermandad por haber tenido en cuenta esta circunstancia.

Gente en la calle no había mucha, teniendo en cuenta, que Palma del Río ronda los veinte y dos mil habitantes y la calidad de lo que estábamos viendo en la calle lo merecía. Echamos en falta alguna que otra autoridad civil y sobre todo, a la autoridad religiosa local, que sí acompaña a otras hermandades de Gloria; a pesar de todo, la Morenita y Pequeñita palmeña no se sintió nunca sola, fueron muchas las hermandades de la Virgen de la Cabeza que participaron en el cortejo con estandarte corporativo y varas de acompañamiento, es decir; como Dios manda; venidas desde muchos puntos de Andalucía, gente buena, gente cordial y amable que interactuaba con los palmeños y preguntaba constantemente por la calle dónde estaban, el nombre de la Iglesia e incluso nos llegaron a preguntar por un paisano que lleva mucho tiempo de cura en la Iglesia del antiguo convento de San Francisco. Lo dicho, gente buena de verdad, morenitos de pro, con un cariño a la Virgen de la Cabeza que contagiaba a los que presenciábamos el cortejo. Gracias y mil veces gracias a todos ellos, con su presencia realzaron, y de qué manera, el discurrir por las calles de Palma de nuestra Virgen de la Cabeza.

Tenemos que destacar también el tremolar de las banderas que representaban a distintas Hermandades de la Virgen de la Cabeza de todas partes de Andalucía, batiéndolas o moviéndolas en el aire al compás de las marchas procesionales y sobre todo a los sones del himno a la Morenita; qué manera de expresar un sentimiento ondeando y meciendo una bandera, esto no lo habíamos visto nunca en Palma del Río.

Por último solo nos queda dar las gracias a todos y cada uno de los Hermanos de la Hermandad palmeña de la Virgen de la Cabeza y a su Junta de Gobierno por habernos ofrecido una profesión de fe, un saber estar en la calle con solemnidad y alegría que nos contagió a todos los que contemplábamos, desde las aceras, el discurrir de vuestro peregrinar por las calles palmeñas. Habéis dejado el listón muy alto, así se nos hará más corta la espera, porque el año que viene, yo me apunto otra vez para disfrutar con la Morenita de Luz de Luna que desde el olivar del Cielo, en ramos de astros se cierra, cayó una aceituna al suelo, rodó y se paró en la tierra, donde abunda el azahar, en abril, en primavera, para llevárselo a Ella, la Virgen más Morenita, la Reina de Sierra Morena.


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