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viernes, 22 de marzo de 2013

LA CAPILLA de la HERMANDAD del HUERTO de PALMA del RÍO en la PARROQUIA de SAN FRANCISCO.

Cuando S.E.R. Don José Antonio Infantes Florido (q.e.p.d.), obispo de Córdoba, por Decreto dado a ocho de Diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen, del año mil novecientos noventa  y dos (1) erige canónicamente a la Hermandad del Señor Orando en el Huerto, Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de Palma y Esperanza en la Parroquia de San Francisco, la capilla que ocupa la Hermandad desde su fundación en 1959, cumplía al menos, 341 años; y es que la actual capilla del Huerto tiene una dilatada historia…
Las primeras noticias acerca de la construcción de la capilla, nos llegan a través de Fray Andrés de Guadalupe en su obra: “Historia de la Santa Provincia de los Ángeles” (2).

La Orden Franciscana tiene dos conventos en las inmediaciones de Palma del Río: El de Santa María de los Ángeles (en el actual término municipal de Hornachuelos) y el de San Luis del Monte (término municipal de Peñaflor).

Para curar a los enfermos de ambos conventos, solicitan  los Franciscanos a D. Luis Portocarrero, I Conde de Palma y VIII Señor de la Villa junto a su primera esposa Dª Leonor de la Vega Girón les cediesen un lugar para construir una enfermería.

La Orden Franciscana había realizado varios intentos para establecerse en Palma del Río y desde antiguo habían mantenido contactos con los señores de la Villa. Micer Alfonso Bocanegra, III Señor de Palma y Fuente del Álamo tenía relación con la Orden a través del convento de San Pedro el Real de Córdoba, esta relación venía desde la cuna de nacimiento de la familia Bocanegra, su tío Simón Bocanegra, Duque de Génova, hermano de Egidio Bocanegra, I Señor de Palma; había sido enterrado en el convento de San Francisco de aquella ciudad Italiana (3), el mismo micer Alfonso Bocanegra: “Dispone ser enterrado en la iglesia de Santa María de Palma en la capilla donde están sepultados su padre y su madre. Ordena su entierro al que deben asistir los frailes franciscanos del convento de San Pedro el Real de Córdoba; funda una capellanía en dicho monasterio a favor de su alma, y solicita ser enterrado con el hábito de San Francisco (4).

Micer Gilio Bocanegra IV Señor de Palma y V de Fuente del Álamo junto con su mujer Francisca Portocarrero, habían continuado los contactos con la Orden Franciscana y debido a estas relaciones, puede que conocieran la devoción a la Virgen de Belén. Dado que en el año 2006 se celebró el bicentenario de la concesión del patronazgo de la Virgen de Belén a la entonces Villa de Palma del Río según consta en el acta del cabildo celebrado el 11 de Septiembre de 1806 (5), creo conveniente traer a estas páginas la leyenda de cómo llegó esta devoción a Palma del Río.

Nuestro paisano D. Manuel Nieto Cumplido nos la relata: “El título de Santa María de Belén había llegado a Europa, según la tradición, a través de la isla de Cerdeña (Italia), en concreto la ciudad de Sássari, antiguo “Castrum Saxi”, así llamado por sus rocas y minas de hierro, como el alfar palmeño de “Saxvmferrevm” de los romanos, muy cercano a la ermita palmeña. Identidad curiosa en cuanto a sus emplazamientos. Cuenta la leyenda que dos frailes franciscanos arribaron desde Tierra Santa al puerto de Torres, cercano a Sássari, a comienzos del siglo XIV. Con ellos venía una pequeña imagen de la Virgen a la que los frailes habían dado el título de Santa María de Belén, imagen que quedó en la capital de la provincia Sarda donde se levantó un santuario con el mismo título. No debe parecer extraño, supuesta la influencia de los frailes franciscanos de los conventos de San Pedro el Real de Córdoba, San Francisco del Monte, de Adamuz, de Constantina y de Villaverde del Río en micer Gilio y doña Francisca, que la devoción llegara a través de alguno de los frailes de estos conventos”.(6).

Se construyó una ermita  dedicada a la Virgen de Belén que se situó al otro lado del río Guadalquivir, en un cerro, entre los años 1425 – 1436; posteriormente se construirá una nueva ermita con esta misma advocación: “Según la documentación, entre 1496… y 1509… se ha construido… una nueva ermita que ahorraba los gastos y el peligro de pasar en barca a la orilla derecha del Guadalquivir para visitar a venerada imagen, si es que no había otros propósitos aún no declarados como el de crear un lugar religioso necesario que apoyase la fundación franciscana  - llamado a la vez eremitorio -, ya pretendida antes de la fundación del convento de San Luis del Monte”.(7)

Transcurre el tiempo y a pesar de la oposición de algunos miembros de la Orden por fundar un convento en un lugar tan próximo a núcleos habitados, se accede a ello por Orden del capítulo General, siendo provincial el padre Fray Francisco de los Ángeles Quiñones. “… en el rescripto de fundación del convento de Nuestra Señora de Belén,  dado en Roma a 14 de noviembre de 1518 por el cardenal Leonardo Grossus de Rovere, del título de San Pedro ad Vincula (+1520), dirigido al guardián y hermanos de Señora Santa María de Belén, de Palma (Dominae Santae Mariae de Bethem), se afirma que en ese momento no era aún casa de la Orden de Menores, sino tan sólo eremitorium (eremitorio) para curar a los hermanos enfermos”.(8)

Este será en primer paso para fundar el convento de Nuestra Señora de Belén de Palma del Río que según Antonio Moreno Carmona, (9) se llamará así hasta que la imagen de la Virgen de Belén que estaba en ese eremitorio se traslade a la capilla que actualmente ocupa pasado el río Guadalquivir y desde entonces se le comenzó a llamar Convento de San Francisco.

De esta forma se establece en Palma del Río la Orden Franciscana que permanecerá en la ciudad hasta su exclaustración en 1840.(10) Uno de sus hijos, el Reverendísimo Padre Fray Juan de Palma, nacido en esta ciudad en 1578, hijo de Alonso Ruiz y Lucía Gómez, jugará un papel esencial en la construcción de la capilla del Huerto.

Fray Ambrosio de Torres y Orden nos dice que Fray Juan de Palma fue nombrado confesor y director espiritual de “la serenísima Infanta doña Margarita, hija de Felipe IV, y observante religiosa de las Descalzas Reales de Madrid (11), nada nos dice de este nombramiento Fray Andrés de Guadalupe (12) que sí comenta en su obra, que a Fray Juan de Palma no le gustaba mucho el boato de la Corte y sus puestos honoríficos.

Estando en el convento de Nuestra Señora de Belén de Palma, recibe una carta del Ministro General de la Orden Franciscana, Fray Juan Merinero, cuyo contenido es el siguiente: “Pedro de Arce, Secretario de Estado y que a la presente despacha con su Majestad la Reina nuestra señora, que Dios guarde, me envió un papel el Domingo pasado, treinta y uno de Julio, que contiene estas palabras: La Reina nuestra señora, Dios la guarde, me ha mandado, diga a V.P. Reverendísima, envíe a llamar luego al Padre Palma, que es necesario para efecto de su real servicio. Palacio treinta y uno de Julio de seiscientos cuarenta y cuatro. Pedro de Arce”. (13)

Continúa Fray Juan Merinero ordenando a Fray Juan de Palma que se desplace a Madrid: “Yo le respondí luego, que el martes dos de Agosto que era la estafeta de Sevilla, avisaría al Venerable Padre y ordenaría se partiese luego al punto y viniese aquí (a Madrid). Y así en cumplimiento de esta orden, luego al punto, que V.P. reciba esta (carta), se ponga en camino y venga a mi presencia, sin decir, que es orden de la Reina, sino que lo envió a llamar el Padre Visitador… no se detenga sino venga luego a San Francisco de Madrid. Agosto dos de seiscientos cuarenta y cuatro. Fray Juan Merinero. Ministro General”.

Cuando Fray Juan de Palma llega a Madrid “hízole la gracia de confesor suyo la Reina Católica Doña Isabel de Borbón, mujer del Católico Rey de las Españas Felipe IV “El Grande”.
Isabel de Borbón, nació en Fontainebleau el 22 de noviembre de 1603. Era hija de Enrique IV, rey de Francia y de María de Médicis; su abuela materna fue Juana de Labrit, reina de Navarra.

Se casó por poderes el 18 de octubre de 1615, con doce años aún no cumplidos.

El 22 de noviembre de 1615 conoció a su marido, futuro rey de España Felipe IV.

El 25 de noviembre de 1620 se juntaron Isabel de Borbón y Felipe para consumar el matrimonio (Isabel tenía diecisiete años y Felipe quince, había nacido en Valladolid el viernes santo, 8 de abril de 1605).

Felipe III muere el 31 de marzo de 1621 a las 9:15 horas. Ese mismo día Felipe e Isabel son proclamados Reyes de las Españas.

La reina enfermó de erisipela. Murió el 6 de octubre de 1644, cuando aún no había cumplido los cuarenta y un años.

Desde el 11 de noviembre de 1623, tenía hecho testamento que revocó la víspera de su muerte, dando poder al rey para que ordenase su última voluntad. (14)

La reina nombró al R.P. Fray Juan de Palma uno de sus albaceas testamentarios: “Nombrole su majestad por uno de sus albaceas testamentarios”. (15)

El Rey Felipe IV, por mano del Marqués de Colares, entregó a Fray Juan de Palma una imagen de la Virgen que perteneció a la Reina Isabel:  “Reverendísimo señor, habiendo cumplido el inventario de la Reina nuestra señora, que está en el cielo, de que luego di cuenta al Rey nuestro Señor, se sirvió su Majestad, antes de empezar a disponer las mandas del testamento que se llevase a Vuestra Reverendísima esta santa imagen, que Vuestra Reverendísima debe estimar mucho, así por legado, como por la memoria de su Majestad, y estimación con que dejo a Vuestra Reverendísima, que escogiese otra si le parece mejor. Pero yo me incliné a esta porque como conozco la modestia de Vuestra Reverendísima, y sé que no quiso admitir, que propusiésemos una, que por ser de oro, y de valor considerable, le perdió Vuestra Reverendísima la devoción, me incliné a seguir el gusto de Vuestra Reverendísima, a quien nuestro Señor guarde como deseo: El Marqués de Colares”.

De las dos posibles imágenes, el Marqués de Colares, hace entrega a Fray Juan de Palma de una talla completa “…la imagen de talla de grande primor, y precio: la hermosura admira, arrebata el corazón de todos los que la miran, está sentada en una silla con soberana majestad, y compostura, con un niño Jesús en los brazos de excelentísima hermosura y graciosidad. Fue joya preciosa de la reina Isabel de Borbón”. (16)

Desconocemos al autor de la imagen y su estilo (gótico, renacimiento, manierismo…), sí se nos dice que es una imagen sedente, de talla, por tanto; de madera con buena hechura y con un Niño Jesús en brazos, que fue imagen predilecta de la Reina.

La figura de la Virgen María ya hacía tiempo que había cobrado importancia teológica como elemento clave para explicar la doble naturaleza (humana y divina) del Señor. Según la describe Fray Andrés, la Virgen podría estar representada como Theotócos o “Madre de Dios”, sentada, con disposición frontal y con el Niño sobre su regazo. Podemos ver un ejemplo en la pintura del maestro de Tahüll: “Maiestas Mariae recibiendo la adoración de los Reyes Magos”, obra del año 1123 que se encuentra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña en Barcelona. O tal vez, y derivada de esta forma, la Virgen pudo estar representada como “Maestá” o “Majestad”, imagen de la Virgen entronizada con el niño en brazos que pueblan la escultura gótica y renacentista. Podemos ver un ejemplo en la obra de Juan Van Eyck: “La Virgen del canónigo Juris van del Paele”, óleo sobre tabla del año 1436 que se encuentra en el Museo Comunal de Brujas.

El Reverendo Padre Palma no pudo regresar a su convento de “Ntra. Sra. de Belén” porque el Rey lo nombra confesor de la Infanta su hija: “Hizole gracia de confesor de la Serenísima Princesa Dª María Teresa su hija (hoy reina cristianísima de Francia) que tendrá cinco o seis años de edad”. (17)
Fray Juan de Palma enferma el “día de la aparición de San Miguel, ocho días de Mayo del año mil seiscientos y cuarenta y ocho, amaneció con calentura, fue viernes; llamose el Médico, parecióle de cuidado, Sábado envió la Serenísima Infanta su Médico de cámara, para que le visitase: juntos ambos Médicos por la tarde le vieron, salieron descontentos de la enfermedad: preguntoles el Secretario General Fray Alonso de la Peña, que le asistía, su sentir; respondieron, se moría, sin que la medicina pudiese remediarlo”. (18)

Murió el miércoles, 13 de mayo de 1648 a los 70 años de edad. “Dieron sepultura a su venerable cuerpo en la antesacristía del convento de San Francisco de Madrid, donde descansa en paz con otros muchos de Generales, en el mismo sitio sepultados”. (19)

La imagen de la Virgen, por orden de Fray Juan de Palma fue enviada a su convento de Ntra. Sra. de Belén de Palma del Río: “Después de la muerte del Reverendísimo Padre Fray Juan de Palma la trajo por orden suyo el padre Fray Alonso de la Peña, su Secretario General, natural de la villa de Palma”. (20)

En la Iglesia del convento, se hizo una capilla adosada al templo, en sentido perpendicular al eje de la iglesia. Fue costeada por los Condes de Palma; Dª Leonor de Guzmán, Marquesa de Almenara (21) y por su nieto el V Conde de Palma y VII Marqués de Montesclaros D. Luis Antonio Tomás Portocarrero y Mendoza que había nacido en 1649, por lo que tenía dos años cuando se colocó la imagen en el camarín: “Hizola una hermosa capilla con suma devoción, adornada de un rico retablo de azulejos, pinturas, (frescos) y láminas (cuadros) preciosas (es una rica joya) y en procesión solemne colocó la imagen en ella el día de la Pascua de Reyes (6 de enero de 1651) concurriendo todo el pueblo: desde entonces es tenida (La Virgen de los Reyes) en suma veneración. El pontífice Inocencio nono concedió solo a los moradores de este convento, que todos los lunes del año y la infraoctava de Todos los Santos puedan decir Misa de ánima en esta capilla”.
En la parte exterior de la capilla, existe una inscripción, que ha sido restaurada en 2005 por la empresa Stvrmio de Sevilla, en la que se puede leer: “Hizose este cámara a expensas…” y nos da a entender que fue obra de los Condes de Palma. (22)
La capilla se construye en una época muy complicada en la historia de Palma del Río, (23) se la conoció con el nombre de capilla de Nuestra Señora de los Reyes.

Nada nos ha quedado de los azulejos, ni de los cuadros, aunque al parecer, el cuadro de forma semicircular que se conserva en la Parroquia de la Asunción representando a la Divina Pastora, estuvo originariamente en esta capilla.
Presenta nave única con camarín. Es de planta cuadrada, se cubre con cúpula semiesférica sobre tambor octogonal que la sustenta, pechinas con ciclo iconográfico de la letanía Lauretana (24) rematando el conjunto una linterna ciega. En el tambor se aprecian varios vanos que iluminan la capilla, algunos están cegados. La cúpula se decora con yeserías de hojas de acanto, angelotes, molduras… con gran riqueza ornamental e ilusionista, proliferando las formas onduladas que persiguen seducir al espectador a través de los sentidos, deseo expresado en el Concilio de Trento para atraer a los fieles, el espectador hace suya una experiencia religiosa haciendo suyos los triunfos políticos del catolicismo y del Poder establecido representado en la Villa de Palma por Dª Leonor de Guzmán.

Al fondo de la capilla, se encuentra el camarín que hasta 1936 ocupó la Virgen de los Reyes, nada ha quedado de esta imagen que se quemó al igual que el altar mayor y coro de la iglesia.

El camarín presenta estucos con rica decoración pintada, molduras y el símbolo del Ave María sobre una venera que nos recuerda a la utilizada por Piero della Francesca en su obra: “Virgen y Santos” de hacia 1474 para la iglesia de San Bernardino de Urbino (renacimiento cuatrocentista) o la de Alejandro Botticelli: “Nacimiento de Venus” de 1482 actualmente en la Galería de los Uffizi de Florencia. El uso de la venera está siempre relacionado con lo sagrado, como la vieira compostelana o la impresionante venera que cubre el mihrab de la Aljama Cordobesa mandada realizar por Al-Hakam II.
También aparecen en el camarín símbolos netamente franciscanos como el escudo de las cinco llagas de San Francisco y un escudo con lo que parece ser la letra ese, todo ello adornado con flores. Sobre la ventana, aparece una estrella con rasgos humanos que puede simbolizar el nuevo testamento (el Sol) o hacer alusión nuevamente a la letanía Lauretana: “Stella matutina”, debajo de la venera están las siglas “JHS”; sobre la “H” aparece una cruz y debajo tres clavos, símbolos de la pasión de Cristo.

Debajo del camarín, existe una habitación con una pequeña ventana, que da a la Plaza de San Francisco que pudiera ser el lugar donde se pedían los sacramentos a altas horas de la noche como asevera Román Gamero Pérez.

Cierra la capilla un hermoso cancel de dos cuerpos con el anagrama del Ave María en su centro enmarcado en un círculo, rematado por corona condal y con una filacteria en cuya leyenda figuran al parecer, las palabras de salutación del Arcángel Gabriel a María.

La intervención llevada a cabo por la Hermandad en el año 1998 fue importante afectando a todas las partes esenciales de la capilla, fue entonces cuando se descubrió el estuco del camarín, se empleó mármol para la solería y zócalos así como para las escaleras de acceso al camarín, se dotó a la capilla de una nueva iluminación artística, se limpió el retablo de acceso al camarín quitando los repintes y dejando al descubierto el pan de oro original…
Con esta intervención, la Hermandad del Huerto ha conservado, para poder legar a las futuras generaciones, una parte de la historia de Palma del Río, una pieza importante de su patrimonio histórico artístico porque como bien dijo Roy Adzak: “El buen arte no es lo que representa, sino lo que despierta en nosotros”.

Nada queda de aquellos azulejos, retablo o imagen de la Virgen de los Reyes que admiraron los palmeños desde comedios del siglo XVII pero… si la Virgen de los Reyes fue joya preciosa de la Reina Isabel de Borbón, María Santísima de Palma y Esperanza, Reina del Martes Santo, es joya preciosa de la Semana Santa Palmeña.

NOTAS:
(1).- Decreto de la Cancillería del Obispado de Córdoba, número de salida 3555/92.

(2).- Guadalupe, Fray Andrés de: “Historia de la Santa Provincia de los Ángeles”. Madrid. 1662. Sobre el convento de Nuestra Señora de Belén de Palma (actual Parroquia de San Francisco) y la capilla de Nuestra Señora de los Reyes (actual capilla de la Hermandad del Huerto). Libro quinto, capítulo XIII, pág. 157-159.

(3).- Nieto Cumplido, Manuel: “Palma del Río en la Edad Media (855-1503) Señorío de Bocanegra y Portocarrero”. Editorial Gráficas Minerva de Córdoba SL. Córdoba. 2004. Página 83.

(4).-ibidem, pág. 84

(5).- Torres y Orden, Fray Ambrosio de: “Historia de Palma del Río”. Año 1774; “Notas, glosas y Apéndices” de Antonio Moreno Carmona, 3ª edición. Madrid 1963; Apéndice “A”; pág. 220.

(6).- Op. Cit. “Palma del Río en la Edad Media (855-1503)… pág. 270; también se puede consultar la pág. 233.

(7).- Op. Cit. . “Palma del Río en la Edad Media (855-1503)… pág. 270 – 271.

(8).- Op. Cit. “Palma del Río en la Edad Media (855 – 1503)…”, pág. 271. Fray Andrés de Guadalupe publica, en latín, el documento de fundación del convento de Nuestra Señora de Belén que nuestro recordado párroco D. Francisco Moreno Orcas (q.e.p.d.) traduce y publica en la pág. 65 del libro: “Palma Monumental. Catálogo histórico – artístico”, editado por Saxoferreo en 1994, siendo sus autores: D. José Gamero Ruiz, D. Antonio León Lillo y Dª María Eva Lopera Delgado.

(9).- Op. Cit. “Historia de Palma del Río…”, pág. 121

(10).- La exclaustración se produce en aplicación de las leyes desamortizadoras del gobierno de la Nación. El 15 de junio de 1835, formó gobierno el conde de Toreno quien nombra a don Juan Álvarez Mendizábal Ministro de hacienda, quien por cierto, jamás tomó posesión de su Ministerio. El gobierno Toreno promulgó dos decretos encaminados a disminuir el poderío eclesiástico. El promulgado con fecha 25 de julio de 1835 disponía la supresión de todos los conventos que no tuvieran un mínimo de doce profesos, lo que supuso la clausura de novecientos conventos. El 14 de septiembre de 1835 forma gobierno Mendizábal, quien dentro de su política económica, dispone la supresión de institutos monásticos mediante los Decretos de 16 y 19 de febrero y de 8 de marzo de 1836 que declaran extinguidos los conventos, colegios, congregaciones etc., adjuntándose sus bienes al estado y ordenándose su venta para pagar la Deuda Pública, en la práctica supuso una transferencia de bienes de la Iglesia a las clases económicamente fuertes, produjo un cambio en la propiedad agraria, pero no en el fraccionamiento de ésta, sino por lo contrario, el reforzamiento de la clase de los terratenientes, en cuyas manos estaban las palancas directrices de la economía y de la política.

(11).- Op. Cit. “Historia de Palma del Río”, pág. 75.

(12).- He consultado el libro: “Memorias de las Reinas Católicas de España” del Padre Agustino Enrique Florez de Setien. Tomo II. Madrid 1716. Reeditado en 1964 por Aguilar S.A. de Ediciones, colección crisol nº 123 para averiguar quién fue “la Serenísima Infanta doña Margarita”. Enrique IV e Isabel de Borbón, su primera esposa, tuvieron seis hijos, aunque la Reina tuvo siete partos. Hubo dos infantas que llevaron por nombre el de Margarita: la Infanta Margarita María que nació el 14 de agosto de 1621 y murió a las veintinueve horas y la Infanta Margarita María Catalina que nació el 25 de noviembre de 1623 y murió a los veintiocho días. Con su segunda esposa, Mariana de Austria, tuvo Felipe IV cinco hijos; hubo una infanta llamada Margarita María que nació en 1651, Fray Juan de Palma no pudo ser su confesor porque había muerto tres años antes de que naciera esta infanta. Por tanto, la infanta a la que se refiere Fray Ambrosio, tuvo que ser uno de los once hijos que documenta Enrique Florez de Setien como habidos fuera del matrimonio, aunque Felipe IV solo reconoció a uno: Juan José de Austria que nació el 7 de abril de 1629 siendo su madre María Calderón, conocida en los ambientes artísticos con el sobrenombre de “La Calderona”. Existió una hija llamada Margarita de Austria de quien Florez de Setien dice: “La cual entró religiosa de edad de seis años en las Descalzas Reales de Madrid, y profesó a los dieciséis, en el año 1666, tomando el nombre de Margarita de la Cruz”. Si esto es cierto, nació en el año 1650, pero Fray Juan de Palma había muerto en 13 de mayo de 1648, dos años antes. Existió otra hija de Felipe IV y madre no conocida llamada Ana Margarita: “Que de edad de doce años entró religiosa agustina en el Real de la Encarnación, de Madrid y profesó en 1650 con el apellido de sor Josefa. Queríala mucho el rey, y mandó la diesen tratamiento de serenidad… Falleció de veintiséis años, hallándose en el oficio de superiora”. Evidentemente alguien está equivocado, o Fray Ambrosio se confunde de Infanta o Enrique Florez de Setien se equivoca en dar la fecha de 1666 o esta infanta era bastarda.

(13).- Op. Cit. “Historia de la Santa…”, libro Nono, capítulo XXI; pág. 460.

(14).- Sobre la significación política de Isabel de Borbón podemos consultar: García Naranjo, Rosa María y Egea Aranda, Juan Antonio: “Informe: la capilla de la Virgen de los Reyes (Iglesia de San Francisco de Palma del Río)”. Págs. 19-23.

(15).- Op. Cit. “Historia de la Santa… “, libro nono, capítulo XXI; pág. 461

(16).- Op. Cit. “Historia de la Santa… “, libro quinto, capítulo XIII; pág. 158

(17).- Op. Cit. “Historia de la Santa…”, libro nono, capítulo XXI; pág. 461-462. Aquí no hay duda ninguna de que se refiere a la Infanta María Teresa, última hija nacida del matrimonio de Felipe IV e Isabel de Borbón que nació el 20 de septiembre de 1638. En 1660 se casó con el Rey de Francia Luis XIV. Sería abuela del futuro Rey de España Felipe V, primer rey de la casa de Borbón.

(18).- Op. Cit. “Historia de la Santa… “, libro nono, capítulo XXV; pág. 471.

(19).- Ibidem. pág. 472.

(20).- Op. Cit. “Historia de la Santa…”, libro quinto, capítulo XIV, pág. 159.

(21).- Sobre Leonor de Guzmán y lo que significó en su época consultar: García Naranjo, Rosa María: “Doña Leonor de Guzmán o el espíritu de Casta”. Servicio de publicaciones Universidad de Córdoba; Cajasur Publicaciones; colección Estudios de Historia Moderna. Córdoba 2005.

(22).- Román Gamero Pérez en “La Gaceta Popular”, nº 2, año 1996; epígrafe: “Una Real Capilla”; escribe: “Para alojar esta imagen se labró hermosa y gran capilla y un costosísimo camarín, tal como reza una inscripción en la fachada del camarín; “costeó este camarín a expensa de María sin pecado concebida por los Condes de Palma”.

(23).- Para hacernos una idea; además de consultar la obra citada de Rosa María García Naranjo, podemos ver:  Peña Izquierdo, Antonio Ramón: “La Casa de Palma. La familia Portocarrero en el gobierno de la Monarquía Hispánica (1665 – 1700)”. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba; Cajasur Publicaciones; colección Estudios de Historia Moderna, Córdoba 2004; “3.1 La etapa de 1674 – 1652”; págs. 136 y ss.

(24).- Podemos ver en las pechinas la representación de las siguientes letanías: Espejo de Justicia, Puerta del Cielo, Fuente Espiritual, Pozo de Sabiduría.

domingo, 17 de marzo de 2013

EL BACALAO del HUERTO.

El proyecto del “bacalao” para la Hermandad del Huerto de Palma del Río fue presentado por D. Antonio Villar Moreno el viernes, 14 de octubre de 2005. A la Hermandad le gustó el diseño y dio vía libre a D. Antonio Villar para que comenzara a bordarlo. Fue bendecido el 3 de marzo de 2006 y se estrenó en la Estación de Penitencia del Martes Santo 11 de abril de 2006.
El Estandarte de la Hermandad o “bacalao”, es el guión que representa a la Cofradía en cualquier acto al que acude. En sus orígenes consistía en un paño que colgaba de un travesaño, de forma rectangular, abierto desde la mitad, en forma de triángulo y en cuyo centro figuraba el escudo de la cofradía. En la actualidad, es una bandera, generalmente de terciopelo, con el escudo de la cofradía bordado en su centro que se une a un asta rematada por una cruz y se recoge con un cordón de oro o seda con borlas. En su interior, para que el escudo quede a la vista, lleva una formatela realizada en un metal ligero; esta insignia se ha estilizado dando lugar a la forma que actualmente tiene y que se asemeja a un bacalao de ahí que reciba este nombre.

El “Bacalao”, está inspirado en el estilo que imperó en el siglo XVII y primera mitad del XVIII, el barroco. La técnica empleada ha sido el bordado de aplicación o de trepas en el cual el motivo se logra por la unión de piezas de diversos tejidos, ensambladas, contorneadas, y sombreadas a pespunte, cadeneta, cordón u otros tipos de puntos.
Se han empleado también sedas de diversos colores y partes definibles de los distintos motivos en oro fino, todo ello sobre terciopelo de algodón, en color verde seco, alusivo a los colores corporativos de la Hermandad en sus dos advocaciones del Señor Orando en el Huerto y la Esperanza, Reina y Señora del Martes Santo de Palma del Río.

El “bacalao”, de gran riqueza ornamental, se compone de dos partes bien diferenciadas.
En la parte alta, figura en su centro el nuevo escudo de la Hermandad que recoge las tres advocaciones de la Cofradía: el cáliz símbolo de la Oración de Nuestro Señor en el Huerto de los Olivos (Lc.22,39-44), en su nudo reposan dos cartelas con forma ovalada; en la diestra, sobre fondo de terciopelo morado, símbolo de penitencia, se representa la corona de espinas, símbolo de la Pasión del Señor; inscrita en la corona figura una cruz, de inspiración cisterciense, con los colores trinitarios en clara alusión a la advocación del Cautivo Palmeño

En la cartela izquierda, sobre fondo de tisú de plata se simboliza a María Santísima de Palma y Esperanza, nuestra bella dolorosa. La Esperanza está representada por una cruz de áncora en la que se entrelaza una rama de palma. En el jefe del escudo, figura el emblema de la Casa de San Francisco, el abrazo franciscano, en clara alusión a nuestra sede canónica, la Parroquia de San Francisco, que tuvo su origen en el antiguo convento de “Nuestra Señora de Belén” de la Orden de Franciscanos Menores. Toda esta simbología, va enmarcada por una laureada de ramas de olivo, con olivas, que se entrelazan como símbolo de la advocación fundacional de la Hermandad.


Sobre el escudo figura una corona ducal que se enreda sobre los lazos de una cinta de plata de clara inspiración renacentista, más arriba, y sobre un Sol que simboliza el triunfo del Nuevo Testamento y hace alusión a la letanía Lauretana concretamente a la exclamación “Stella Matutina”, figura el anagrama del Ave María, todo ello simbolizando la mediación universal de María Madre de Dios. En la parte alta del “bacalao” hay bordada una flor de lis que hace alusión al origen de la capilla que actualmente ocupa la Hermandad en la Parroquia de San Francisco que se consagró al culto, el 6 de enero de 1651 con la entronización de una imagen que perteneció a la primera Reina de España de la casa de Borbón, Dª Isabel de Borbón, primera esposa del Rey Felipe IV, cuya hija, Dª María Teresa, fue Reina de Francia al casarse con Luis XIV de Francia y abuela del Rey Felipe V, primer monarca español de la Casa de Borbón.

Sobre la flor de lis figuran dos trenzados, motivos decorativos que representan dos o más cordones entrelazados, formando un solo dibujo continuo y alargado. En la cúspide del bordado se aprecia una punta curvilínea de forma lanceolada que apunta al Cielo simbolizando, con sus tres puntas, el dogma de la Santísima Trinidad y la aspiración de los hermanos del Huerto de dirigirse al Cielo y de anunciar el Reino del Señor, Reino de Paz y Justicia, reino de Vida y Verdad, Reino de Amor y Gracia, Reino que ya ha comenzado, Reino que no tendrá fin.




En todo el “bacalao” se aprecian hojas de acanto, florones compuestos por flores de loto inspiradas en los estucos del camarín de María Santísima de Palma y Esperanza que datan de hacia la mitad del siglo XVII, anillas en forma de aro que envuelven las barrocas hojas de acanto, es habitual también el uso de caracoles que complementan las hojas de acanto que representan principios de tallos enrollados en espiral, también está presente la rosa en clara alusión, de nuevo, a la letanía Lauretana: “Rosa mística”.
En la faldilla, la parte baja del “bacalao”, se repiten los motivos de la parte alta figurando en su centro una flor de lis, símbolo de realeza, se complementa con fleco de canutillo de oro, cordón y borlas de fleco de bellota de gran calidad.

El asta a la que se sujeta el terciopelo bordado por medio de una formatela de metal ligero, es de alpaca cincelada en los talleres cordobeses de Mogali; en el remate figura una cruz pasionista, del mismo taller, que nos recuerda la segunda estación del Vía Crucis y el cuarto Misterio Doloroso del Santo Rosario, a la vez que nos indica que: “In hoc signo vinces” (“con este signo vencerás”), en la cruz se enreda una palma que simboliza al pueblo de Palma del Río abrazado a la cruz, en comunión con la Hermandad del Huerto.

domingo, 10 de marzo de 2013

DON FRANCISCO DÍAZ RONCERO: ORFEBRE MAESTRO DE MAESTROS.

D. Francisco Díaz Roncero fue un gran orfebre, de alto nivel, maestro de maestros que nació en Córdoba el 10 de Junio de 1927 y falleció, también en Córdoba, el 26 de mayo de 2007 a los 79 años de edad.

Su vinculación profesional con el mundo de la metalistería artística, se inició en 1938, ingresando como aprendiz en el taller de dorado y plateado de Antonio Luque Cuesta en el que permanece hasta el año 1952, formándose en los procedimientos de acabado galvanotécnico.

Comenzó su formación artística en 1940 con su ingreso en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artístico “Mateo Inurria” de Córdoba, cursando estudios de dibujo artístico durante  cuatro años, en los que fueron sus profesores: Rafael Díaz Peno, Miguel Latrás y Rafael García Guijo.

Desde 1944 hasta 1954 entra en el  taller de Rafael Peidró Dueñas a la vez que recibe clases, por la tarde, en la Escuela de Artes Aplicadas en la disciplina de modelado con Rodrigo  Castaños  Oller, simultaneando su aprendizaje con las materias de grabado a buril, repujado y cincelado todas ellas pertenecientes al campo de la orfebrería, en el aula de metalistería artística que dirigía Rafael Peidró Dueñas, que desde este momento, se convertirá  en su maestro en el terreno de la orfebrería y joyería, tanto en la Escuela de Artes Aplicadas como en su propio taller.

En 1954 termina su formación artístico-técnica, pasando ese mismo año a iniciar el ejercicio de su labor docente ocupando la plaza de Ayudante Meritorio en la especialidad de metalistería artística, cargo que desempeñó cinco años hasta que en 1959 recibió el nombramiento de maestro de taller encargado de curso con carácter interino.

En 1955 establece  su propio obrador de orfebrería en la calle Fernández Ruano  número  6 y 9 de Córdoba.

En 1959 contrajo matrimonio con Dª Encarnación Luque Cuesta, con la que tiene dos hijos: Francisco Rafael y José Luis Díaz Luque.

En 1970 se traslada al número 30 de la calle Almanzor donde siguió trabajando elaborando  magníficos trabajos para toda España.

En octubre de 1982 se presenta a las oposiciones de maestro de taller de Escuelas de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos obteniendo el número uno y consecuentemente la titularidad  de la plaza que venía ocupando, su labor docente continúa  hasta el curso académico 1992/1993 en el que se jubiló.

Posee numerosos premios y diplomas:
  • Diploma de Honor recibido por sus trabajos de modelado en el IX Concurso Exposición Provincial de Artesanía de Córdoba, año 1952.
  • Primer premio de la II Exposición Regional de Artesanía de Jaén, octubre de 1959.
  • Segundo premio de la XI Exposición de Artesanía de Córdoba, año 1959.
  • Cuarto premio de la Exposición de Artesanía celebrada en Montilla, año 1960.
En 1977, fue reconocido como “Artesano Distinguido” por la Obra Social de Artesanía.

Pero pasemos a su obra que vamos a dividir en tres etapas:

PRIMERA ETAPA.

Desde 1955, comienzan  a salir de sus manos multitud de obras  de orfebrería  religiosa, procesional y civil.

De esta primera época cabe destacar uno de los más importantes encargos en los primeros años de su taller, entre 1956 y 1957 realizó el juego de doce bocinas (114 centímetros de longitud y 29 centímetros de diámetro) en plata sobredorada para la Piadosa Hermandad del Santísimo Sacramento, Santos Mártires de Córdoba y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo, fueron primer premio en la Exposición Regional de Artesanía de Jaén y el segundo en la de Córdoba. Las bocinas son unas piezas muy cuidadas que presentan también decorada la parte interior, terminan con un friso de hojas de acanto que limita la parte más ancha de la campana, recubierta con espejos bordeados por contrarios de perlas en negativo entre una rica decoración vegetal de guirnaldas y acantos finamente labrados con una delicada labor de cincelado. Una moldura con espejos y cartelas junto a una intermedia alabeada y otra decorada con gallones separa la campana del fuste de la bocina, en el que aparecen las tradicionales argollas para colgar los paños con el escudo heráldico de la Hermandad, parte que muestra una rica decoración de tipo clásico sobre un cuidado fondo picado, que es común a toda la obra, a base de motivos florales que en la parte más estrecha aparecen enmarcados por óvalos superpuestos que se continúan en la boquilla de la pieza unificando la decoración, lo que formalmente separa una moldura de espejos y cartelas, similar a la que hemos comentado, sirviendo ambas para delimitar el campo decorativo del fuste de la obra, ni que decir tiene, que a los amigos del Huerto nos encantan estas bocinas.

Para encabezar el tramo de nazarenos del palio malva de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo, Díaz Roncero, realizó una Cruz de Soledad y cuatro ciriales de 217 centímetros de altura con cañones de cuatro tramos decorados con rocalla dispuesta en forma helicoidal como los de las mazas del siglo XVIII de la Basílica Menor de San Pedro, sede canónica de la Hermandad, que utiliza la cofradía en su salida procesional.

En los primeros cinco años de los años sesenta, realizó gran parte de los enseres de la Pontificia, Real y Centenaria Hermandad y Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias Coronada, decana de las Hermandades cordobesas, en plata de ley.

En 1962 realizó las aplicaciones de plata para el Libro de Reglas  y completó en plata la Cruz de Guía, que fue tallada en madera por Rafael Valverde Toscano siguiendo un diseño de Manuel  Mora Valle, diseño que incorporaba aplicaciones de plata que fueron realizadas por Miguel Baena. La reforma llevada a cabo por Díaz Roncero en 1962 consistió en completar las aplicaciones de plata siguiendo el tallado de la madera que sirve de alma a la Cruz de Guía actual.

En 1963 realizó los faroles de la Cruz de Guía siguiendo un diseño de Manuel Mora Valle.

En 1964  la extraordinaria vara de Hermano Mayor, rematada por un templete en cuyo interior se reproduce la cabeza del Cristo que forma el grupo de Nuestra Señora de las Angustias, es una pieza de gran calidad y originalidad.

En 1963 inició el juego de varas en plata que se completó en 1987 que utilizan los nazarenos en el último tramo que antecede al paso de Las Angustias con el escudo de la Hermandad bordeado por los símbolos reales y pontificios

En 1965 realizó el juego de mazas. En 1968 los Jarrones del Paso.

SEGUNDA ETAPA.

A finales de los años sesenta, su producción orfebre de carácter cofrade y procesional se multiplica y difunde extraordinariamente.

Realizó los faroles que acompañan a la Cruz de guía de la Real, Venerable e Ilustre Hermandad Servita de Nuestra Señora de los Dolores Coronada y del Santísimo Cristo de la Clemencia y los de la Real Hermandad y Cofradía del Señor de la Caridad, estos últimos de 192 centímetros con un vástago de cuatro cañones decorados con tornapuntas formando rombos que enmarcan una decoración de tipo vegetal. El farol propiamente dicho de 46 centímetros tiene la forma tradicional con las esquinas achaflanadas y cuidadosamente trabajadas, como toda la pieza, presentando una decoración de tipo vegetal y guirnaldas de flores limitando un original entramado de cintas que ocupa la parte central. La cubierta que es abatible y calada para facilitar la colocación y el encendido de la vela, termina en una cupulita gallonada rematada por una cruz.

Para la Hermandad de Nazarenos Congregantes del santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora Reina de los Mártires, labró en 1968 un juego de ciriales para el paso de Cristo y un relicario en plata para el palio de la Reina de los Mártires.

Entre 1968 y 1974 realizó la orfebrería de distintos pasos y tronos para las provincias de Málaga, Jaén y Córdoba.

En 1968 realizó la orfebrería del trono de de la Virgen del Amparo de Málaga para quien labró también en 1971 una corona procesional.

En 1972 realizó los varales de  palio para la Hermandad de la Virgen de los Dolores de Ciudad Real.

En 1973 realizó los varales de  palio para la Hermandad de la Virgen de la Estrella de Málaga.

Entre los años 1970-1972 realiza la obra más importante de esta etapa: el palio de Nuestra Señora del Rosario de la cordobesa Real, Venerable e Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima del Silencio y Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada y San Antonio María Claret.

Es un palio de cajón, con doce varales finamente cincelados y respiraderos con capillas que cobijan santos franciscanos y dominicos en los laterales. En el respiradero frontal está ocupado por Nuestra Señora del Rosario y los pilares de la Iglesia: San Pedro y San Pablo. El repertorio iconográfico presenta en uno de sus respiraderos laterales las imágenes de San Álvaro de Córdoba, Santa Clara de Asís, Santo Domingo de Guzmán, Santa Verónica Giuliani y la del Beato Francisco de Posadas. En el otro respiradero podemos apreciar las imágenes del Beato Diego José de Cádiz, Santa Rosa de Lima, San Francisco de Asís, Santa Catalina de Siena y San Antonio de Padua.

Entre 1972 y 1976 realizó la orfebrería de tres tronos para la localidad malagueña de Vélez Málaga.

Durante 1974 realizo la orfebrería para los pasos de la Cofradía del Cristo de la Clemencia de Jaén y para la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores también de la capital jiennense. Trabajó en estos años para cofradías de la provincia de Córdoba, realizando en alpaca plateada el paso de Nuestra Señora del Mayor Dolor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Castro del Río, con óvalos decorados con los símbolos de la Pasión: clavos, escalera, tenazas, martillo, dados, lanza, caña, látigo, corona de espinas, etcétera. Esta realización de  pasos es una de las tareas más importantes de las llevadas a cabo en el taller, hay obras de Díaz Roncero en Écija (Sevilla) y Daimiel (Ciudad Real).

TERCERA ETAPA.

Durante esta etapa final, la labor de Díaz Roncero ha continuado en el terreno de la orfebrería procesional, asistido el taller familiar por sus hijos: Francisco Rafael y José Luis Díaz Luque.

En 1982 realiza la Cruz de Guía y un juego de ciriales para la Ilustre y Piadosa Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado y María Santísima de la Amargura de Córdoba.

En 1985 para la Cofradía de la Expiración de Córdoba realizó varios mástiles para estandartes y banderas, los faroles para el paso de Cristo y completó con trece imágenes en plata repujada y cincelada el paso de palio de Nuestra Señora del Rosario, realizando para esta imagen, una corona de oro con el diseño final de Luis Álvarez Duarte con motivo de la coronación canónica de la imagen, para la que también labró la actual corona de camarín.

Antes de ejecutar la corona con el diseño final de Álvarez Duarte, Díaz Roncero trazó un proyecto para realizar una corona de oro de 14, 18 y 20 quilates distribuido en las distintas partes de la pieza que requerían mayor o menor resistencia, el dibujo de este proyecto estaba colgado en el despacho de don Francisco Díaz Roncero y es de gran categoría, sirvió de modelo para alguna de las últimas obras realizadas por el orfebre como la que a principios de 1996 realizó para la localidad de Villacidaler (Palencia), la trazada para la Virgen del Carmen de Terrinches (Ciudad Real) y para la cofradía de la “Fervorosa” de Baeza.

En 1991 con diseño de Juan Hidalgo del Moral y el mismo Díaz Roncero, labra la corona de camarín de Nuestra Señora de la Angustias siguiendo los modelos de coronas imperiales de la segunda mitad del siglo XVI, esta corona que repite en el resplandor los motivos decorativos de la canasta, es única en la producción de Díaz Roncero y presenta una rica labor de repujado y cincelado.

En septiembre de 1994 realizó para la Pontificia, Real y Centenaria Hermandad y Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias Coronada cuatro candeleros con unos clásicos pies triangulares decorados con motivos vegetales y espejos bordeados por contrarios de perlas. También para esta Hermandad de las Angustias había realizado los jarrones del paso en forma de cráteras con decoraciones de gallones y acantos y ricas asas en forma de bichas, con diseño de su hijo Francisco Rafael Díaz Luque realizó la medalla de San Álvaro con imagen de la Virgen de las Angustias enmarcada en un rosario y ocho cruces, también con diseño de Francisco, se labró en 1988, un corazón de plata.

Entre las piezas que durante este periodo salen del taller de Díaz Roncero, hay que situar el original llamador del paso de palio de María Santísima del Amor de la Muy Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de Pasión, María Santísima del Amor y San Juan Evangelista (San Basilio) de Córdoba; en alpaca plateada. La idea de representar el símbolo del pelícano alimentando a sus hijos con su carne y su sangre, fue del capataz Manuel Martínez Serrano, idea que materializó en dibujo don Antonio Bernal Redondo, quien en 1994 llevó a cabo el modelado de la obra. La fundición en cera perdida se realizó en el taller de Díaz Roncero, donde se terminó la pieza con una delicada labor de cincelado, especialmente cuidada en el plumaje del pelícano, cuyas alas no se disponen simétricamente, dotando a la pieza de una gran naturalidad.

Tienen obras de Díaz Roncero en Córdoba  capital  las Hermandades de: La Esperanza, El Rescatado, la Caridad, el Prendimiento, Pasión, los Dolores, la Buena Muerte, la Soledad … Además de las Corona de la Virgen de la Fuensanta y su Niño, que para su coronación canónica, realizó en oro, plata, zafiros, circonitas, y perlas cultivadas.

Su obra  también se reparte por España: Sevilla (peana de María Santísima de Regla de la  Hermandad de los Panaderos), Ciudad Real, Valladolid, Málaga, Jaén, Palencia, Huelva… y ahora, y a través de la Hermandad del Huerto en Palma del Río.
Concretamente cuatro ánforas con forma de crátera de columnas para el paso de Nuestro Padre Jesús Cautivo, en su primera fase, realizadas por el orfebre cordobés Don Francisco Díaz Roncero que llegaron a Palma del Río el 13 de Octubre de 2005. Una de estas ánforas ha sido donada por una familia devota de la imagen, las otras han sido donadas por varios devotos de la imagen. La desaparecida Agrupación Musical “José Serrano Alcobendas” de Palma del Río, que acompañó a Nuestro Padre Jesús Cautivo en su Estación de Penitencia de 2005, donó cien euros como colaboración a la realización de las ánforas.

La última vez que vimos a Don Francisco en su taller de la calle Almanzor, fue cuando se eligieron las asas de las ánforas, Don Francisco nos enseñó varios modelos y nos aconsejó el que actualmente tienen. Estaba trabajando en un resplandor para una imagen mariana, sobre su mesa de trabajo solamente tenía, el resplandor a medio hacer, su cincel y su martillo, este gran artista no necesitaba nada más para crear.

domingo, 3 de marzo de 2013

LOS ÁNGELES.

La única cofradía palmeña que lleva un ángel en su paso de Misterio es la Hermandad del Huerto.
La palabra ángel es de origen griego y significa nuncio, embajador, emisario, mensajero.
La doctrina acerca de la existencia y naturaleza de los ángeles quedó definida en el año 1215 por el IV Concilio de Letrán, entre las importantes decisiones adoptadas en los 70 decretos emanados del IV Concilio de Letrán (presidido por el papa Inocencio III y cuyas sesiones tuvieron lugar entre los días 11 y 30 de noviembre de 1215) destacan también la condena de los cátaros y de los valdenses, y la definición del dogma teológico de la transubstanciación.
Esta doctrina se ratificó en el Concilio Vaticano I, vigésimo concilio ecuménico, famoso por su solemne definición de la primacía jurisdiccional y la infalibilidad papal. Convocado por el papa Pío IX, el concilio se reunió 93 veces en la Basílica de San Pedro de Roma entre el 8 de diciembre de 1869 y el 1 de septiembre de 1870.
Según los documentos de estos Concilios, los ángeles se han de concebir como seres reales que fueron creados sin mancha y gozan de completa espiritualidad.
La Biblia no menciona su número, aunque en varios pasajes se habla de ejércitos celestiales, de legiones y de millares de millones, los cuales, siguiendo a Dionisio Areopagita, se suelen agrupar en nueve coros y en tres jerarquías o subordinaciones sagradas cada una con tres coros.
  • La primera jerarquía está compuesta por: Ángeles, Arcángeles y Principados.
  • La segunda jerarquía comprende: Potestades, Dominaciones y Virtudes.
  • La tercera jerarquía está integrada por: Tronos, Querubines y Serafines.
Por lo que respecta a su nombre, la Biblia solo menciona tres: Miguel, Gabriel y Rafael; aunque la fe popular ha atribuido otros muchos y más concretamente a los arcángeles cuyo número se establece en siete por influjo del Libro de Tobías y del Apocalipsis:
Gabriel y Miguel son conocidos por el Libro de Daniel.
Rafael por el Libro de Tobías.
Uriel por el Libro apócrifo de Henoch y el IV de Esdras.
El nombre de los otros tres varía según los textos, los más comúnmente aceptados  son: Barachiel, Jehudiel y Sealtiel; terminados todos en “el” que significa “Dios”.

Así tenemos:
  • Miguel: “¿Quién como Dios?” Príncipe de la milicia celestial, victorioso sobre el dragón. Se le suele representar blandiendo una espada y protegido con rodela.
  • Gabriel: “Mensajero de Dios”, enviado a María. Es frecuente representarlo portando una lámpara encendida y un espejo de jaspe verde sobre el cual se escriben las órdenes de Dios.
  • Rafael: “Medicina de Dios”, que curó al viejo Tobías su ceguera y que, fuera de Córdoba, suele representarse dando la mano al joven Tobías que lleva el pez milagroso.
  • Uriel: cuyo nombre es interpretado en el sentido de “luz o llama de Dios” y que por esa razón se identifica con el ángel que blandía una espada de fuego en la puerta del Paraíso.
  • Jehudiel: “el Remunerador”, que es el que premia y castiga, lleva en las manos una corona de oro y un látigo.
  • Sealtiel: “el Intercesor”, que aparece con las manos juntas en actitud de oración.
  • Barachiel: “Bendición de Dios”, que deja ver un ramo de rosas blancas en un pliegue de su túnica.
El ángel que bajó al huerto de los olivos no tiene nombre propio, solamente el evangelista Lucas lo nombra: “Y se le apareció un ángel del Cielo reconfortándolo” (Lc. 22, 43), este ángel fue muy importante porque transmitió vigor, espíritu, fuerza, aliento y consuelo al que estaba afligido, de ahí su nombre “Confortador”.